sábado, 29 de marzo de 2014

EL FENOMENO dink



Individualismo, consumo y cosificación de lo humano: las parejas DINK

Por Florencia Graziadío*

La evolución de la sociedad de consumo nos coloca de frente a un nuevo fenómeno sociocultural que se vuelve natural a nuestra vista. Cada vez más personas jóvenes con una historia laboral rica y plena, elijen postergar o incluso, suprimir la idea de tener hijos. Es decir que lejos de aprovechar el buen pasar socioeconómico que atraviesan para traer hijos al mundo (o criar hijos existentes en el mundo), éste es utilizado para mejorar la propia calidad de vida y de la pareja. ¿Por que cada vez más sucede esto? La sociedad en la que vivimos se constituye con una mirada y lógica ampliamente individualista, donde nuestras necesidades y deseos personales cobran mayor importancia que ciertos valores ligados a lo grupal y colectivo.
El fenómeno DINK tiene tres partes importantes a ser consideradas: el consumo, el individualismo y  la alienación.
El individualismo posmoderno (el nuestro) se encuentra fuertemente ligado al hábito del consumo, el cual ha sabido propagarse y consolidarse como un leitmotiv para cada uno de los integrantes de una sociedad, y en este sentido cabe aclarar que se ajusta a las capacidades sociomateriales de cada clase social, es decir que todos podemos consumir según nuestras posibilidades materiales, sociales y culturales. Pero cabe decir que este consumo al que nos acostumbramos, se plantea como fugaz y extremadamente cambiante, los productos que adquirimos satisfacen cada vez en menor tiempo nuestras necesidades – deseos y deben ser complementados y/o reemplazados más rápidamente por otros para obtener los mismos resultados. Esto nos enfrenta a otro fenómeno social: la alineación de uno mismo en el consumo ¿qué es esto? Significa que es el mismo hábito del consumo el que nos somete a practicarlo cada vez con mayor frecuencia, profundidad y naturalidad, ya que no percibimos esta influencia de manera consciente. En este sentido, el consumo ya no es visto como un medio para satisfacer una (presunta) necesidad, sino más bien es percibido como un fin en sí mismo. Y para lograr este objetivo, nos vemos en la obligación de trabajar mayor cantidad de tiempo para seguir consumiendo y satisfaciendo nuestras necesidades (¿necesidades reales o inducidas?). Y como no podría ser de otra manera, esta alineación en el trabajo y el consumo nos coloca frente a la cosificación de las relaciones humanas, la cual consiste en “creer” que nuestros vínculos humanos son simples elementos materiales que parecen volverse obsoletos e intercambiables frente a otros intereses o inquietudes que podamos tener. De tal forma que las parejas DINK consideran “objeto” al vínculo hijo/a, y de igual forma se podría inferir que la misma pareja en sí (la pareja DINK) es un objeto, ya que no habría impedimento material alguno para disolver el vínculo entre ambos si se termina el “amor”.    
El fenómeno DINK reúne estos puntos señalados y a su vez interactúa con otros aspectos ligados al desarrollo demográfico, a la causa ambientalista y al desarrollo personal. Este fenómeno muestra un mayor desarrollo en aquellos países donde la sociedad de consumo ha crecido significativamente, en este sentido las naciones latinoamericanas estamos un poco más lejos de llegar a alcanzar un desarrollo semejante del fenómeno DINK, al menos hasta ahora.       

* Licenciada y Profesora en sociología, UBA.    

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